Adoptar un enfoque simple de tres pasos que incluye limpiar, hidratar y proteger tu piel puede ayudar a mantener tu piel sana.
1. Tener una rutina de limpieza
La forma en que te lavas el rostro puede marcar la diferencia en tu apariencia, sigue los siguientes consejos dermatológicos para mantenerla saludable:
- Usa un
limpiador syndet
para tu tipo de piel y no abrasivo.
- Humedece el rostro con agua fría o tibia, no frotes, no uses estropajo, foreo o guantes exfoliantes.
- Seca el rostro con una toalla suave.
- Aplica hidratante apropiado para tu tipo de piel.
- Lava el rostro máximo 2 veces al día.
2. Ten a la mano un buen hidratante
Una piel hidratada es sinónimo de piel sana, ya que el equilibrio hídrico es fundamental para que todas las células, en todas las capas de la piel, funcionen correctamente. Esta piel es mucho menos vulnerable a las agresiones externas.
La hidratación depende de tu tipo de piel: grasa, seca, normal, mixta o sensible.
Para aprovechar al máximo tu crema hidratante aplícala sobre la piel húmeda. El humectante atrapa el agua en la piel, ayudándola a lucir más brillante y más joven.
Recuerda hidratar tu rostro, cuerpo y labios, incluso si tienes la piel grasa.
3. No te olvides del protector solar
El protector solar es el mejor producto antienvejecimiento que puedes usar, además de ayudar a prevenir el cáncer de piel y las manchas inducidas por el sol.
- Procura un protector apto para tu tipo de piel.
- Elige aquellos que ofrezcan protección de amplio espectro, con un FPS 30 o más.
- Aplícalo todos los días, inclusive si no sales de casa.
- Aplícalo aún en días nublados, ya que los rayos ultravioleta atraviesan las nubes.
- La cantidad de protector solar que se debe aplicar en el rostro es el equivalente a una cuchara pequeña, debe incluir orejas, cuello y escote.
- En cambio, si todo el cuerpo está expuesto al sol, La cantidad de protector que debes aplicar en el cuerpo es el equivalente a 3 cucharas grandes (sopa).
- Los niños mayores de 6 meses expuestos al aire libre deben hacer uso de protector solar.
- Importante saber que solo el protector solar no es suficiente, es necesario completar las estrategias de fotoprotección con otros mecanismos, como usar ropa, sombrero y gafas apropiadas.
- Asistir a consulta con un dermatólogo para que te haga una evaluación cuidadosa de la piel y te indique cuáles son los productos más adecuados según tu tipo de piel.
Recuerda: Una piel bronceada es una piel enferma.
¿Cuál de estos consejos ya forman parte de tu día a día? ¡Te leo!
Y recuerda que si tienes algún problema o irregularidad en tu piel, mejor consulta primero con un dermatólogo antes de comprar y usar productos que podrían empeorar la afección. ¡Yo te ayudo!
¡Necesito ir a un dermatólogo!